El sentido de comunidad y la calidad de la educación que las escuelas católicas ofrecen a través de la enseñanza presencial es parte de lo que las hace especiales. Sin embargo, la escasez de profesores, las limitaciones presupuestarias, la presión de las matrículas y otros problemas están dificultando que las escuelas católicas puedan cumplir su misión basándose únicamente en la enseñanza presencial. Como resultado, muchas escuelas católicas están adoptando la nueva tecnología educativa (hardware, software y metodologías utilizadas para avanzar en el aprendizaje), y haciendo del aprendizaje en línea parte de su plan de estudios - en última instancia, mejorando la experiencia de la escuela católica para los estudiantes de muchas maneras.

Uso más estratégico del tiempo de clase presencial
Cuando se introdujo por primera vez el libro de texto, revolucionó el aula al ofrecer a los profesores una forma de transmitir información a los alumnos sin ocupar tiempo de clase. La tecnología educativa puede servir a un propósito similar al permitir a los profesores "dar la vuelta" a la experiencia de aprendizaje, desplazando la entrega de contenidos educativos fuera del aula y reservando el tiempo de clase para un trabajo más estratégico. Los alumnos pueden ver conferencias en línea en casa, y los profesores pueden dedicar tiempo en clase a profundizar en los temas, establecer una buena relación, implicar a los alumnos y ayudarles a conectar lo aprendido en casa con conceptos más complejos y un pensamiento de orden superior.

Mayor apoyo al aprendizaje individualizado
El aprendizaje en línea hace posible el aprendizaje individualizado con una experiencia educativa flexible y personalizada. Los estudiantes pueden acceder a una amplia gama de información en línea que puede adaptarse a sus intereses, necesidades y estilos de aprendizaje. El aprendizaje en línea permite a los alumnos avanzar por las lecciones a un ritmo que se adapta mejor a sus capacidades: pueden avanzar más rápido por los contenidos que ya dominan y dedicar más tiempo a los temas que suponen un mayor reto. El aprendizaje en línea también permite a los estudiantes acceder a recursos y a otros estudiantes a cualquier hora del día y sin limitaciones geográficas.

Ampliación del catálogo de cursos para apoyar el crecimiento de los alumnos
Proporcionar a los alumnos la amplitud y profundidad de cursos que satisfagan las necesidades y objetivos de todos los estudiantes es un reto para muchas escuelas católicas. Algunos alumnos pueden expresar interés, por ejemplo, en cursos de tecnología, artes o Advanced Placement®, pero no se dispone de un profesor cualificado o no hay suficientes alumnos interesados para justificar su oferta. Al complementar la oferta presencial con clases impartidas a través de un socio cualificado de aprendizaje en línea, las escuelas pueden acceder a las clases que necesitan, sin preocuparse por el tamaño de las clases o tener que apoyar los cursos con profesores o una plataforma tecnológica. Además, al asociarse con una organización de aprendizaje en línea que cumpla los criterios exigidos, los centros pueden tener acceso a financiación externa para apoyar la elección educativa.

Una mayor reserva de educadores cualificados
La escasez de profesores dificulta a muchos centros la tarea de encontrar educadores cualificados. Al integrar el aprendizaje en línea en el plan de estudios, los centros no se limitan a los profesores de su zona geográfica. En su lugar, los centros pueden recurrir a profesores y expertos en la materia de cualquier lugar. Mediante videoconferencias, los profesores presenciales pueden enriquecer sus clases con ponentes y expertos externos. Por ejemplo, al introducir el tema de la libertad de expresión a los alumnos, los profesores pueden invitar a un experto en la primera enmienda de su alma mater o a un abogado que haya argumentado casos de la primera enmienda ante el Tribunal Supremo para que se una a ellos a través de vídeo. Las escuelas también pueden contratar a profesores de fuera de la zona para que enseñen a distancia, o asociarse con un proveedor católico acreditado de aprendizaje en línea para acceder a su reserva de educadores de calidad formados en la escuela católica.

Preparación de los estudiantes para el mundo real
En el mundo cada vez más digital de hoy, los estudiantes deben estar preparados y sentirse cómodos con las modalidades en línea para aprender y trabajar. Según un estudio, el 46% de los cursos de enseñanza superior se imparten en línea, mientras que otro 33% combina métodos presenciales y en línea. Los entornos de trabajo a distancia son igual de populares, ya que el 58% de los estadounidenses tienen la opción de trabajar a distancia. Las escuelas católicas proporcionan a sus alumnos la base espiritual y académica que necesitan para triunfar en el mundo real, y la destreza digital es ahora también parte de su responsabilidad. Al dar a los alumnos la oportunidad de acceder a contenidos en línea, tomar cursos en línea y comunicarse a través de plataformas digitales, las escuelas católicas están ayudando a los alumnos a adquirir las habilidades de aprendizaje independiente, gestión del tiempo, función ejecutiva y colaboración virtual que necesitan para tener éxito a lo largo de sus carreras académicas y profesionales.

Formación en la fe y aprendizaje más profundos
Aunque el aula es un lugar atractivo para que los estudiantes desarrollen su fe y su conocimiento de la religión católica, un entorno en línea también lo es. Las clases digitales y los cursos diseñados específicamente para su uso a distancia, en línea, están pensados para atraer a los alumnos de una manera única con contenidos multimedia, narraciones reflexivas, evaluaciones digitales y otras estrategias que pueden no ser tan accesibles en un entorno presencial. Los programas de aprendizaje en línea también permiten a las escuelas acceder a cursos de educación religiosa que de otro modo no estarían disponibles para los estudiantes o proporcionar formación católica a la comunidad de padres y otras personas que prefieren la participación a distancia.

La experiencia de la escuela católica de hoy
Es innegable el papel que desempeña la tecnología en la educación. Desde la introducción de la radio, el retroproyector y la calculadora de mano hasta las fotocopiadoras, los exámenes Scantron, Internet y los ordenadores personales, hemos visto cómo las tecnologías ayudan a las escuelas a avanzar en el aprendizaje de los alumnos y a superar los retos. Esta tendencia continúa hoy en día. Con la fuerza y la disponibilidad de las tecnologías educativas que apoyan el aprendizaje en línea, las escuelas católicas tienen la oportunidad de aprovechar una vez más el poder de la tecnología para el progreso de sus estudiantes y de la escuela.